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El Sufrimiento de los Santos

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Parte 1

Esta es una reacción que recibimos por nuestra publicación sobre Joseph Prince:

He leído lo que ustedes han escrito sobre Joseph Prince. Sólo para que conste, yo soy una creyente relativamente nueva, recientemente salí de la Iglesia Católica Romana, y estoy muy sintonizada con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo me ha guiado en la interpretación de la Palabra de Dios.

Ahora, Dios es un Dios bueno. Él no quiere que Su pueblo Sufra. He estado estudiando la Biblia y prédicas de pastores por mucho tiempo. Una cosa que he aprendido es ésta – el entendimiento humano es diferente al entendimiento divino. Muchas veces yo me he burlado de una interpretación particular de la palabra, pero el espíritu me ha dicho que vuelva a leer, y se me revelan muchas cosas.

Todo lo que Joseph Prince enseña es que como cristianos, necesitamos mirar a Dios para todo en cada situación de nuestras vidas. Eso es todo. Él hasta dijo en uno de sus sermones que él solamente es un mensajero, pero no Dios mismo, que la gente tiene que estar en mayor sintonía con Dios. Ahora, ¿cómo es que eso es ser anti-cristo?

Además, ¿cómo más va a obtener dinero él si no es con el trabajo que está haciendo para Dios? ¿Estarían más contentos ustedes si él fuera pobre? Y su nombre es prince (príncipe) porque Dios dijo que, como creyentes, somos un sacerdocio Santo. ¿Quieren ustedes que él contradiga a Dios llamándose a sí mismo pobre?

Realmente no me importa lo que ustedes digan, pues el verdadero creyente en Jesús no es desviado por tales opiniones, pero considérenlo ustedes mismos. Dios nos aconseja que no juzguemos por ciertas razones. Desde su juicio humano, y obviamente sin una investigación completa, ustedes lo han juzgado como malo a él. ¿Pero qué tal si en realidad él está en lo correcto? ¿Cómo se va a sentir Dios? Yo cuido la manera en que trato, y la manera en que les hablo, a otros creyentes, sea que yo crea su doctrina o no por 2 razones

1) Ellos podrían tener la razón según Dios, en cuyo caso yo primero le consultaría a Dios.
2) Si sucediera que ellos tienen la razón, yo estoy azotando el cuerpo de Dios/el cuerpo de Cristo.
3) Si ellos están equivocados, no es culpa de ellos porque la Biblia enseña que todos los hombres están predestinados a ser malos si no tienen a Dios.
4) Todo verdadero creyente será atraído a Dios de todos modos, a menos que Dios sea tan débil que Él no pueda llamar al pueblo que Él ama, lo cual no es Él.

Oro que el Espíritu los guíe a ustedes para lo que están haciendo antes de que sea demasiado tarde por su propio bien. Que Dios los bendiga y esté con ustedes.

Respuesta de Víctor y Paul:

“Porque un momento durará Su furor; mas en Su voluntad está la vida: Por la noche durará el lloro, pero a la mañana vendrá la alegría” (Salmo 30:5 RVG).

Jennifer,

Gracias a Dios que Él te ha librado de la Iglesia Católica Romana, ¡un gran paso en la dirección correcta! Si has leído mi testimonio y/o la Theo-autobiography, encontrarás que el Señor me libró a mí de esa organización en 1973 y de sus poderosas y misteriosas garras espirituales en 1977 cuando yo creí que ya todo había terminado en mí con ella. ¡Qué sorpresa! Tú podrías no ser tan no-católica como supones. Lee al respecto en este enlace y lo que sigue:

A Strange Occurrence Leading To… Deliverance – Wow!

En el corazón, probablemente tú aun eres católica, a menos que hayas experimentado una liberación como la mía.

Sí, Dios es un Dios bueno. ¿Hemos dicho nosotros lo contrario? ¿Dice lo contrario algún cristiano? Tú dices también: “Él no quiere que Su pueblo Sufra.

Tienes razón si te refieres a que Dios no quiere que Su pueblo sufra por hacer el mal:

“Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno.” (1 Pedro 4:15 RVR)

Sin embargo, estás muy equivocada si categóricamente crees que Él no quiere que Su pueblo sufra. Parece que te ha confundido el falso maestro de la prosperidad que tú defiendes con devoción equivocada. Esto es lo que declaran las Escrituras acerca del sufrimiento de los santos:

“El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido Me es éste, para llevar Mi Nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por Mi Nombre.” (Hechos 9:15-16 RVR)

Eso es lo que está escrito acerca del apóstol Pablo, quien escribió años más tarde:

2 Corintios 1:5-7 RVR
(5) Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
(6) Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.
(7) Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.

“A fin de conocerle, y el poder de Su resurrección, y la participación de Sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en Su muerte.” (Filipenses 3:10 RVR)

“Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por Su Cuerpo, que es la Iglesia.” (Colosenses 1:24 RVR)

El testimonio de otro apóstol:

1 Pedro 4:12-14 RVR
(12) Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,
(13) sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de Su gloria os gocéis con gran alegría.
(14) Si sois vituperados por el Nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.

Y otro:

“Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en Nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.” (Santiago 5:10-11 RV)

Entonces, ¿un Dios bueno no quiere que Su pueblo sufra? Esto es lo que Él dice acerca de los que Él recibe:

Hebreos 12:5-8 RVR
(5) Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él;
(6) Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
(7) Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
(8) Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

¿Causan sufrimiento el castigo y la disciplina? Por supuesto que sí. ¿Está algún hijo de Dios exento? No, Él disciplina a todo hijo que Él recibe. ¿Quiénes son los que se rehúsan o no creen en el sufrimiento, Jennifer? Mira el versículo 8 otra vez.

¿Crees tú que Noé y su familia sufrieron? ¿No pudo Dios haberlos salvado de otra manera?

¿No quería Dios que sufriera Job? Jacob sufrió mucho en muchas maneras. Por su sufrimiento, su nombre fue cambiado a Israel, de donde viene el nombre de la nación.

Y ¿dónde fue formada como nación Israel, si no en el horno de la aflicción?

“Entonces el Señor le dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré Yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.” (Génesis 15:13-14 RVR)

“He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.” (Isaías 48:10 RVR)

“Pero a vosotros el Señor os ha tomado y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que fuerais pueblo de Su heredad como lo sois ahora.” (Deuteronomio 4:20 LBLA)

El Señor fue Quien dirigió a Jacob para que descendiera a Egipto y hasta le dijo cuál era el propósito:

Génesis 46:2-4 LBLA
(2) Y Dios habló a Israel en una visión nocturna, y dijo: “Jacob, Jacob.” Y él respondió: “Heme aquí.”
(3) Y Él dijo: “Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas descender a Egipto, porque allí te haré una gran nación.
(4) Yo descenderé contigo a Egipto, y ciertamente, Yo también te haré volver; y José cerrará tus ojos.”

¿No tuvo que sufrir José (el hijo de Jacob) como preparación para su llamado? ¿No podía Dios darle un camino más fácil?

¿Qué de Abraham, Isaac, y todos los profetas, incluyendo a Juan el Bautista?

¿No quería el Señor que sufriera Job, aunque él era perfecto, justo, apartado del mal, y temía a Dios? ¿No fue Dios Quien le quitó su cerco de seguridad? ¿Cómo puedes decir que Dios no quiere que Su pueblo sufra? Lee Job 1 y 2; lee todo el libro y dinos lo que encuentres. Si eres honesta, tendrás que admitir que tu doctrina viene directamente del fondo del infierno, una doctrina de demonios.

Sí, Dios es de verdad un Dios bueno, pero tu concepto de “bueno” no es el mismo de Dios. Ese es el concepto anti-Cristo de Joseph Prince. Los verdaderos santos de Dios son formados en un fiero horno de aflicción; ellos son hechos a la imagen de Dios a través del sufrimiento, Jennifer – algo que Joseph Prince no enseña en lo absoluto. El sufrimiento y la persecución son una parte necesaria del plan de Dios.

Tú sigues a un astuto y carismático engañador disfrazado de mensajero de Dios, que viene engañosamente en el Nombre de Jesucristo. Tú has sido engañada por uno que se siente muy orgulloso de sí mismo, y se glorifica a sí mismo delante de todos alardeando de su éxito terrenal a costa de todo lo que es bueno, piadoso, santo y verdadero.

¿Crees tú que no vas a sufrir cuando seas bautizada con el Espíritu Santo y fuego?

“Porque convenía a Aquel por Cuya causa son todas las cosas, y por Quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al Autor de la salvación de ellos.” (Hebreos 2:10 RVR)

Dios es fuego consumidor, declara la Biblia en Hebreos.

Igual que la Cabeza, así sucede con Su Cuerpo, Su pueblo, Su Iglesia:

1 Pedro 4:16-19 RVR
(16) pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.
(17) Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al Evangelio de Dios?
(18) Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿en dónde aparecerá el impío y el pecador?
(19) De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.

¿De qué crees que se trata el martirio? ¿De vino y de rosas? ¿De ropas “principescas” y mansiones? ¿El diablo persiguiendo a los santos en contra de la voluntad de Dios? Estás toda equivocada, Jennifer. Despierta a la realidad predeterminada por Dios.

“Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución [sufrirán].” (2 Timoteo 3:12 RV)

¿Estás tú padeciendo persecución? ¿Es voluntad de Dios que vivamos piadosamente en Cristo Jesús? Entonces es Su voluntad que suframos persecución, aunque no según tu dios, Joseph Prince.

Tú ingenuamente escribes: “[Joseph Prince] hasta dijo en uno de sus sermones que él sólo es un mensajero, pero no Dios mismo….

¿De verdad? ¿Y tú le crees por eso? Dinos, Jennifer, ¿a cuántos esperaría engañar Satanás diciéndoles que él es Dios? ¿Tienes alguna idea?

“Porque ellos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y esto no debe sorprendernos, porque hasta Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. Así que, tampoco es una sorpresa que sus ministros se disfracen de administradores de justicia, pero como sus obras será su fin.” (2 Corintios 11:13-15 RVC)

En un momento tú nos dices: “Soy una creyente relativamente nueva,” luego dices: “He estado estudiando la Biblia y prédicas de pastores por mucho tiempo.” ¿Cómo es la cosa? ¿Qué significa “mucho tiempo” para ti? ¿Quieres decir que tú has estudiado la Biblia por más tiempo del que has sido creyente? Si de verdad has aprendido que necesitamos revelación divina, ¿cómo has aprendido eso sin ser creyente ni tener el Espíritu del Señor para interpretar las Escrituras?

Tú preguntas: “Además, ¿cómo más va a ganar dinero él si no es por el trabajo que está haciendo para Dios?” ¿Estás diciendo que Prince no puede hacer tiendas? ¿Estás diciendo que uno debe cobrar por predicar el Evangelio? ¿Puedes mostrarnos alguna parte en las Escrituras donde los hombres de Dios cobraron por, o decidieron vivir de, predicar, o donde ellos hayan recibido una recompensa solicitada y esperada de parte de quienes se beneficiaron de su ministerio?

¿Cómo le fue de bien a Giezi, el siervo de Elías, Jennifer?

2 Reyes 5:15-27 LBLA
(15) Y [Naamán el sirio] regresó al hombre de Dios con toda su compañía, y fue y se puso delante de él, y dijo: He aquí, ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego, pues, que recibas ahora un presente de tu siervo.
(16) Pero [Eliseo] respondió: Vive el SEÑOR, delante de quien estoy, que no aceptaré nada. Y Naamán le insistió para que lo recibiera, pero él rehusó.
(17) Y Naamán dijo: Pues si no, te ruego que de esta tierra, se le dé a tu siervo la carga de un par de mulos, porque tu siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificará a otros dioses, sino al SEÑOR.
(18) Que el SEÑOR perdone a tu siervo en esto: Cuando mi señor entre en el templo de Rimón para adorar allí y se apoye en mi mano, y yo me incline en el templo de Rimón cuando tenga que adorar allí, que el SEÑOR perdone a tu siervo por esto.
(19) Y él le dijo: Vete en paz. Y se alejó de él a cierta distancia.
(20) Pero Giezi, criado de Eliseo, el hombre de Dios, dijo para sí: He aquí, mi señor ha dispensado a este Naamán arameo al no recibir de sus manos lo que él trajo. Vive el SEÑOR que correré tras él y tomaré algo de él.
(21) Y Giezi siguió a Naamán. Cuando Naamán vio a uno corriendo tras él, bajó de su carro a encontrarle, y dijo: ¿Está todo bien?
(22) Y él dijo: Todo está bien. Mi señor me ha enviado, diciendo: “He aquí, en este momento dos jóvenes de los hijos de los profetas han venido a mí de la región montañosa de Efraín. Te ruego que les des un talento de plata y dos mudas de ropa.”
(23)Y Naamán dijo: Dígnate aceptar dos talentos. Y le insistió y ató dos talentos de plata en dos bolsas con dos mudas de ropa, y los entregó a dos de sus criados; y éstos los llevaron delante de él.
(24) Cuando llegó al monte, los tomó de sus manos y los guardó en la casa, luego despidió a los hombres y ellos se fueron.
(25) Entonces él entró y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿Dónde has estado, Giezi? Y él respondió: Tu siervo no ha ido a ninguna parte.
(26) Entonces él le dijo: ¿No iba contigo mi corazón, cuando el hombre se volvió de su carro para encontrarte? ¿Acaso es tiempo de aceptar dinero y de aceptar ropa, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
(27) Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre. Y él salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.

¿Estamos diciendo que los hombres de Dios no deben recibir dinero de quienes ellos ministran? Para nada. Las Escrituras claramente enseñan otra cosa:

1 Corintios 9:7-11 RVG
(7) ¿Quién jamás fue a la guerra a sus propias expensas? ¿Quién planta viña, y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño, y no se alimenta de la leche del rebaño?
(8) ¿Digo esto como hombre? ¿No dice esto también la Ley?
(9) Porque en la Ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes?
(10) ¿O lo dice enteramente por nosotros? Sí, ciertamente por nosotros está escrito; porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de participar de lo que espera.
(11) Si nosotros sembramos en vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si cosechamos de vosotros lo material?

Nosotros recibimos ofrendas, pero el mensaje y ejemplo que da Joseph Prince es lo que hace una gran diferencia. Él te ha engañado, y nosotros hemos establecido claramente cómo es que él engaña. Tú no lo entiendes, pues traes a colación puntos que no son el problema en realidad, y no significan un problema para nosotros. El asunto es que él hace todo lo que hace por sí mismo, independiente de Dios, a Quien él dice servir, y tú estás ciega a ese hecho. Es cierto, él habla cosas verdaderas, pero ¿no es así cómo Satanás opera y engaña, atrapa y destruye? (Lee La Naturaleza del Engaño.)

¿Esperamos nosotros que los hombres de Dios sean pobres? Esa es una pregunta tonta que viene de una mujer sin conocimiento. Para alguien que se supone que tiene algún entendimiento de parte del Señor, tú muestras muy poco, Jennifer, en casi todo lo que dices, preguntas, o en lo que alardeas. Más bien, nosotros esperamos que los piadosos pobres sean santos de Dios, con tesoros en el Cielo. Joseph Prince enseña que cuando los pobres creen, ellos están destinados para las riquezas terrenales.

Según Prince, Juan el Bautista y todos los apóstoles han de haber sido falsos maestros.

“Y Pedro le dijo: ‘No tengo plata ni oro; mas lo que tengo te doy: ¡En el Nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda!’” (Hechos 3:6 RVG)

Todos sus seguidores que permanecieron pobres en esta vida estaban engañados o no creían, según Joseph Prince. ¡Qué ingenua eres, Jennifer, con todas tus tinieblas, bebiendo las mentiras dichas por un príncipe de las tinieblas!

En adoración, tú defiendes a tu dios con, “Y su nombre es prince porque Dios dijo que, como creyentes, nosotros somos sacerdocio Santo.” ¿Te cambiaste tú el nombre a “Fantasma Blanco” (Jennifer) porque le perteneces al Señor? ¿No es presuntuoso él al ponerse “Prince”? Tal vez no – nosotros decimos que él es un siervo del príncipe de este mundo. ¿No es irónico que él les diga algo verdadero sobre sí mismo a sus adoradores, mientras se va camino al banco riéndose de tu ingenuidad?

Tú dices: “Desde su juicio humano, y obviamente sin una investigación completa, ustedes los han juzgado como malo.” Tú nos acusas de juzgar por las apariencias, lo cual es la manera en que tú nos juzgas a nosotros, Jennifer. ¿Qué tan bueno o sabio es eso? ¿Cómo sabes tú que nosotros no estamos juzgando con justo juicio? ¿Cómo sabes tú que nosotros no estamos discerniendo por el Espíritu de Dios, mientras que tú juzgas por las apariencias, como por ejemplo al creer en la integridad de Prince cuando él dice que él no es Dios? Tú no lo sabes, y nosotros sí.

Aquí está la prueba de tu propia boca:

Pero ¿qué tal si en realidad él está en lo correcto? ¿Cómo se sentirá Dios?” Tú no lo sabes, ¿o sí, Jennifer, es decir, lo sabes de verdad? Admítelo. Aun así, tú deberías saberlo; por tu vida, porque necesitas saberlo, y si tuvieras el Espíritu del Señor, lo sabrías.

Si tuvieras entendimiento, no podrías decir las cosas que estás diciendo acerca del Señor, de ti misma, de Joseph Prince, o de la Biblia. Tú estás en tinieblas, y tú asumes que son luz. Tú prosigues descubriéndote a ti misma:

1) Ellos podrían tener la razón desde la perspectiva de Dios, en cuyo caso yo consultaría a Dios sobre eso.

Uno, tú dices “ellos podrían tener razón.” Tú no lo sabes.

Dos, dices que lo consultarías con Dios. Entonces, ¿por qué no lo has hecho? La verdad es que tú no sabes porque no has oído de parte del Señor.

Tú dices: “2) Si resultara que ellos tienen la razón, yo estaría reprendiendo al cuerpo de Dios/cuerpo de Cristo.

Si.” Entonces tú no puedes discernir entre el bien y el mal, no puedes diferenciar entre los falsos hermanos y los verdaderos – entre el Cuerpo de Cristo y la iglesia ramera – y por lo tanto no te atreves a reprobar las obras de las tinieblas. ¿Y cuál es el problema con reprender al Cuerpo de Cristo? ¿No hemos establecido ya que Él hace eso con todo hijo que Él recibe, los que forman Su Cuerpo? Pero lo que tú realmente quieres decir es que tú estarías acusándolos falsamente, como lo estás haciendo con nosotros.

Tú prefieres creer en los mentirosos, por si acaso no son mentirosos, ¿no es así? Tú quieres cubrir tus apuestas. Tú no eres una santa o hija de Dios, Jennifer; eres una apostadora y oportunista. ¿Nunca has oído que no solamente puedes saber quién es verdadero, sino que tienes que saberlo, por tu vida?

Mateo 7:15-23 RVG
(15) Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
(16) Por sus frutos los conoceréis. ¿Se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
(17) Así todo buen árbol da buenos frutos, mas el árbol malo da malos frutos.
(18) El árbol bueno no puede dar frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
(19) Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
(20) Así que, por sus frutos los conoceréis.

(Esos frutos no consisten en hablar verdades. Satanás habla verdades todo el tiempo, lo cual es la manera en que él se presenta como ángel de luz.)

(21) No todo el que Me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en el Cielo.
(22) Muchos Me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu Nombre, y en Tu Nombre echamos fuera demonios, y en Tu Nombre hicimos muchos milagros?”
(23) Y entonces les protestaré: “¡Nunca os conocí; apartaos de Mí, obradores de maldad!”

Cuando uno está en incredulidad, las Escrituras no le servirán de nada, aunque las estudie día y noche por años. Es como que nunca hayas leído las Escrituras, Jennifer; tu incredulidad te mantiene en tinieblas. Tú vives en los deseos de tu carne, idolatría y necedad. El príncipe de este mundo te ata como le place.

“Porque de éstos son los que se entran por las casas, y llevan cautivas las mujercillas cargadas de pecados, llevadas de diversas concupiscencias, que siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.” (2 Timoteo 3:6-7 RVG)

Tú eres una “creyente relativamente nueva,” pero has estado “estudiando la Biblia y las prédicas de pastores por mucho tiempo.” “Siempre aprendiendo y nunca llegando al conocimiento completo de la verdad.” Tú simplemente no sabes. Sin embargo, nosotros sabemos porque hemos sido pasados por el fuego; hemos sufrido y seguimos sufriendo por Su causa, sufrimientos que nos llevan al conocimiento de la Verdad en Él.

Tú no has sufrido, y tampoco has aprendido nunca de hombres de Dios, recibiendo sana doctrina de verdaderos ministros. Tú no conoces al Señor; tú oyes a otro Jesús.

Tú dices: “3) Si ellos están equivocados, no es culpa de ellos porque la Biblia enseña que todos los hombres están predestinados a ser malos si no tienen a Dios.

¡Sí que estás en tinieblas para ser alguien que habla tan atrevidamente! ¿Alguna vez has leído la Biblia con los ojos no vendados, Jennifer? La Biblia está llena de ejemplos e instrucciones para reprobar las obras de las tinieblas, para reprobar a los malvados (creyentes o no), y para no tener comunión con los incrédulos, pero tú no percibes nada de eso.

Tú desestimas cualquier opción de corrección y castigo con tu doctrina (la cual fácilmente vemos que viene de Prince, y que es su mentalidad, su suave y atractivo toque sobre las masas ignorantes).

Tu doctrina no le permitiría a Pedro hablar contra Simón (quien creyó y fue bautizado – Hechos 8:18-22).

Tu doctrina no le permitiría a Pablo decir: “Mas si aun nosotros, o un ángel del Cielo os predicare otro evangelio del que os hemos predicado, sea anatema.” (Gálatas 1:8 RVG)

Tú no permitirías que Pablo reprenda a Pedro por su mala conducta con los judíos y los gentiles (Gálatas 2:11-16).

Tú no le permitirías a Juan el Bautista hablarle al pueblo como lo hizo:

“Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?” (Lucas 3:7 RVG)

Y ciertamente tú no dejarías que Jesús les hablara a los fariseos y escribas como lo hizo en Mateo 23. Podrías decir: “¡Bueno, ese era Jesús! ¡Ustedes no son Él! ¿Quién se creen que son?” Nosotros repetimos Sus palabras que nos habla a nosotros, las cuales tú nunca has oído que se te hablen:

“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros: Como Me envió el Padre, así también Yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló en ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; a quienes se los retuviereis, les son retenidos.” (Juan 20:21-23 RVG)

A nosotros nos es dado entender y tratar con los pecados de otros y remitir o retenerlos. Ahora estamos tratando con los tuyos.

Tú podrás creer que eres parte del sacerdocio de los creyentes, Jennifer, pero tú nunca has recibido Su Espíritu ni oído esas palabras, ¿o sí? No, no ha sucedido. Tú nunca has sido salada con fuego.

Mira, Jennifer, el problema no es que sepas poco o nada. No te condenamos ni te culpamos por eso. Tu problema es que hablas como si supieras algo cuando no es así. ¿No reprendió Jesús a la gente por eso?

“Jesús les dijo: ‘Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora porque decís: Vemos; vuestro pecado permanece.’” (Juan 9:41 RVG)

Diciendo que ves y que entiendes, tú escribes en total necedad e ignorancia:

4) Todo verdadero creyente será atraído a Dios de todos modos, a menos que Dios sea tan débil que Él no pueda llamar al pueblo que Él ama, lo cual no es Él.

Los verdaderos creyentes ya han sido atraídos a Dios, o no serían verdaderos creyentes. Tú estás confundida. ¿Y no enviará Dios Sus verdaderos siervos a predicar la Verdad, por la cual la gente llega a la salvación?

“¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el Evangelio de la paz, que predican el Evangelio de los bienes!” (Romanos 10:14-15 RVG)

¿No reprenderá y reprobará Dios a Sus siervos? ¿De dónde sacaste tu Biblia, Jennifer? La sacaste del príncipe de este mundo, quien te ha engañado por su siervo, Joseph Prince.

Te jactas de estar “muy en sintonía con el Espíritu Santo.” ¿Cómo puedes hacer tal declaración a menos que estés totalmente en tu propia justicia? Estás equivocada, Jennifer, y el Señor te ha traído aquí a nosotros para que puedas oír la verdad de Dios.

Tú sermoneas y reprendes a ancianos sin tener autoridad, conocimiento o entendimiento, sin saber lo que estás haciendo. Crees que eres una mujer de Dios madura, Jennifer, pero la verdad es que tú eres impertinente, presuntuosa, ignorante y orgullosa. Tú nunca has aprendido de parte del Señor como crees. Necesitas rasgar tus vestiduras, ponerte en cilicio, echar cenizas sobre tu cabeza, ayunar y orar.

Necesitas confesar tus pecados y arrepentirte de tu orgullo y lujuria, los cuales te han llevado a adorar al hombre en vez de a Dios. Hacer eso mientras profesas a Cristo hace empeora el asunto, porque estás tomando Su Nombre en vano. Por eso eres tenida por culpable, como lo dice el Tercer Mandamiento.

Es buenos salir del catolicismo, pero no tan bueno si dejas de adorar a un hombre (el Papa de Roma) solamente para adorar a otro (el Príncipe de este mundo). Sí, tú adoras a Joseph Prince, lo sepas o no.

Aun así, que el fuego de Dios te purgue y te liberte de tu idolatría. Lo hará cuando llegue tu tiempo, tan seguro como que el sol se levanta y se pone cada día. Empieza hoy por Su Palabra de Verdad que te hablamos nosotros, la cual es como fuego.

Víctor y Paul

Parte 2

Víctor les escribe a los que se reúnen con nosotros:

¡Buen Sabbath a todos!

Mariko escribió: “A veces me pregunto si yo algún día llegaré al final prometido pero es bueno saber que hay un final. Yo sólo hago lo que se requiera y disfruto lo que estoy haciendo. Gracias, Señor por tu misericordia. ¡Alabado sea el Señor!!

Mariko, tal vez cuando escribiste esas palabras, “Yo sólo trato de hacer lo que se requiera y disfruto lo que estoy haciendo,” estabas queriendo hablar de aceptación y agradecimiento; sin embargo, yo quiero hacer una aclaración por el bien de todos porque creo que es importante discernir la diferencia.

El Señor es fiel y llevará a todos los que resistan, no que disfruten, hasta el final, a la Tierra de Reposo Prometida. Es algo muy bueno y yo diría, bastante necesario, dar gracias al Señor, no solamente por Su misericordia y las cosas buenas que Él no “retiene a los que andan en integridad” (Salmo 84:11), sino por todas las cosas, incluyendo esas cosas que sufrimos y no disfrutamos, pero que debemos soportar. Ciertamente no es que el Señor quiera que seas miserable en general (Dios no lo permita), pero tampoco es cierto que Él está esperando que los que Él recibe, castiga y disciplina, lo disfruten todo.

Los santos como Abel, Noé, Sem, Enoc, Abraham, Sara, Isaac, Rebeca, Jacob, Lea, Raquel, José, Judá, Rubén y otros hijos de Jacob, como Moisés, David, Job, Daniel, sus tres amigos Ananías, Azarías y Misael – los hijos de Israel como nación, todos los jueces y profetas, Juan el Bautista, y todos los apóstoles y santos tuvieron tiempos difíciles que ellos no esperaban disfrutar.

Hasta Salomón encontró que las cosas de este mundo ¿eran qué? ¿Cosas para disfrutar?

“Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.” (Eclesiastés 1:2 RVG)

“Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.” (Eclesiastés 1:14 RVG)

“Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás del placer. Mas he aquí esto también era vanidad.” (Eclesiastés 2:1 RVG)

“Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.” (Eclesiastés 2:11 RVG)

Sepan que el Señor y Sus profetas y discípulos nunca fueron instruidos ni se esperó de ninguno de los santos que ellos la disfrutaran. Piensen en eso. Tomemos a Pedro, Juan, Esteban, Santiago, Pablo y Silas, como ejemplos:

Jesús le dijo a Pedro: “De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.” (Juan 21:18 RVG)

Los apóstoles:

Hechos 5:40-42 RVG
(40) Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los dejaron libres.
(41) Y ellos partieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por Su Nombre.
(42) Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.

Esteban: Hechos 7.

Los santos y Pablo:

Hechos 9:13-16 RVG
(13) Entonces Ananías respondió: “Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, de cuántos males ha hecho a Tus santos en Jerusalén;
(14) y aun aquí tiene autoridad de los príncipes de los sacerdotes para prender a todos los que invocan Tu Nombre.”
(15) Y le dijo el Señor: “Ve; porque instrumento escogido Me es éste, para que lleve Mi Nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
(16) porque Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por Mi Nombre.”

Santiago y Pedro:

Hechos 12:1-4 RVG
(1) Y en el mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarlos.
(2) Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan.
(3) Y viendo que había agradado a los judíos, procedió para prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura.
(4) Y habiéndole prendido, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro cuadrillas de soldados para que le guardasen; queriendo sacarle al pueblo después de la Pascua.

Aun los más poderosos ángeles y mayores en autoridad en el Cielo tienen que sufrir cosas (Judas 1:9). Y Jesús, la Gloriosa y Expresa Imagen de Dios y el Perfecto Ejemplo, sufrió más que todos, a favor nuestro. ¿Cómo llegó Su perfección? ¿Fue por el disfrute?

Hebreos 5:7-9 RVG
(7) El Cual en los días de Su carne, habiendo ofrecido ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por Su temor reverente.
(8) Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
(9) y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser Autor de eterna salvación a todos los que Le obedecen.

¿Qué les enseñaron Pablo y Silas a los santos?

“Y habiendo predicado el Evangelio a aquella ciudad, y después de enseñar a muchos, volvieron a Listra, y a Iconio, y a Antioquía, confirmando el alma de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe; y diciéndoles que es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios.” (Hechos 14:21-22 RVG)

¿Y qué les pasó a Pablo y a Silas?

Hechos 16:19-24 RVG
(19) Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades;
(20) y presentándolos ante los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,
(21) y predican costumbres, las cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.
(22) Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles sus ropas, mandaron azotarles con varas.
(23) Y después de haberles herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.
(24) El cual, habiendo recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.

¿Se trata del disfrute, o se trata de aceptar nuestras circunstancias y dar gracias a Dios? Esta fue la respuesta de Pablo y Silas en sus circunstancias de prueba:

“Pero a media noche, Pablo y Silas oraban, y cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.” (Hechos 16:25 RVG)

En su edad de anciano, Juan sufrió el exilio en Patmos, una isla para convictos y prisioneros, creo yo. ¿Habrá disfrutado eso él? Probablemente no, pero nosotros creemos que lo aceptó y dio gracias.

Tenemos el registro del escritor de Hebreos de lo ocurrido a muchos de los santos. Lean Hebreos 11 y pregúntense si ellos lo disfrutaron o si resistieron; sean los que, por una parte, conquistaron por el derramamiento de sangre por la espada, como David, o los que, por otra parte, fueron perseguidos, sufrieron grandes dificultades y fueron traspasados.

Al final, ¿qué dijo Salomón que era la clave para la vida? ¿Disfrútenla?

“El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, ya sea buena o sea mala.” (Eclesiastés 12:13-14 RVG)

Este es un salmo que da una perspectiva equilibrada del gozo en el Señor (no es lo mismo que disfrute) y dar gracias por fe, aunque sufriendo:

Salmo 30:1-12 LBLA
(1) Cántico para la dedicación de la Casa. Salmo de David. Te ensalzaré, oh SEÑOR, porque me has elevado, y no has permitido que mis enemigos se rían de mí.
(2) Oh SEÑOR, Dios mío, a ti pedí auxilio y me sanaste.
(3) Oh SEÑOR, has sacado mi alma del Seol; me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.
(4) Cantad alabanzas al SEÑOR, vosotros Sus santos, y alabad Su santo Nombre.
(5) Porque Su ira es sólo por un momento, pero Su favor es por toda una vida; el llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría.
(6) Y en mi prosperidad yo dije: Jamás seré conmovido.
(7) Oh SEÑOR, con Tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte; Tú escondiste Tu rostro, fui conturbado.
(8) A Ti, oh SEÑOR, clamé, y al Señor dirigí mi súplica:
(9) ¿Qué provecho hay en mi sangre si desciendo al sepulcro? ¿Acaso Te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad?
(10) Escucha, oh SEÑOR, y ten piedad de mí; oh SEÑOR, sé Tú mi socorro.
(11) Tú has cambiado mi lamento en danza; has desatado mi cilicio y me has ceñido de alegría;
(12) para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada. Oh SEÑOR, Dios mío, Te alabaré por siempre.

Víctor Hafichuk

Traducido al español por Edwin Romero
Translated into Spanish by Edwin Romero

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