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Doctrina Diabólica: No Hay Profetas o Apóstoles Hoy

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Si usted cree que no hay apóstoles ni profetas hoy, sencillamente usted no conoce al Señor – Él se manifiesta a través de Sus profetas, Sus siervos. Dígame dónde encuentra usted en las Escrituras apoyo para esta doctrina de demonios. Usted no negará que había profetas en el Viejo Testamento. No negará que Juan el Bautista era profeta, pues los Evangelios lo dicen así con claridad. Y tampoco podrá usted negar que hubiese profetas después de Juan y de Jesús:

“Y Judas y Silas, siendo también profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.” (Hechos 15:32 RVG)

Hechos 21:8-12 RVG
(8) Y al día siguiente, partiendo Pablo y los que con él estábamos, vinimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él.
(9) Y éste tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban.
(10) Y deteniéndonos allí por muchos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo.
(11) Y cuando él vino a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.
(12) Y cuando oímos esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.

¿Reprendió Pablo a alguien por ser, o por creerse, profeta? No, él simplemente corrigió a los que estaban errados, no porque creyeran que había profetas, sino porque debían pensar y hablar correctamente si lo eran:

“Si alguien piensa que es profeta o espiritual, reconozca que lo que les escribo es mandamiento del Señor.” (1 Corintios 14:37 NBLH)

“Aun uno de ellos; su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos. Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.” (Tito 1:12-14 RVG)

“Y él me dijo: Mira que no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.” (Apocalipsis 22:9 RVG)

Jesús fue profeta; pero entonces usted diría: “Eso era Jesús.” Muy cierto, eso era Jesús, y todos Sus hijos son como Él:

“Porque el que santifica y los que son santificados, de Uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré Tu nombre a Mis hermanos, en medio de la iglesia te alabaré.” (Hebreos 2:11-12 RVG)

¿Qué son los profetas? Primeramente, son hermanos del Señor, espíritu de Su Espíritu. Los profetas son miembros de Su Cuerpo, representantes y voceros de Dios. Son personas inspiradas por el Espíritu Santo de Dios para hablarle a quien sea que el Señor escoja, sea a individuos, como cuando Natán le habló a David, a ciudades, como cuando Jonás le habló a Nínive, o a las naciones, como cuando Jeremías le habló a Judá.

Los profetas de la Biblia hablaban cosas ocultas, misterios, e hicieron predicciones sobre el futuro. Estas predicciones no eran demostraciones de autenticidad, pero de todos modos probarían su identidad eventualmente, aunque tomara siglos y milenios para hacerlo.

Sin embargo, los profetas hablan principalmente sobre el pecado y la corrupción, contra la idolatría, la religión falsa y la hipocresía. Ellos vivían, y viven, siempre separados de las obras de los hombres. Los profetas nunca se encuentran dentro del encierro de la religión establecida. Juan el Bautista, por ejemplo, fue criado y ministrado en el desierto.

Los profetas no andaban por allí diciendo lo que les agradaba, sino sólo lo que les era dado decir por parte de Dios. Su poder milagroso variaba, así como Moisés realizó grande señales y maravillas, o como Juan que no realizó ningún milagro pero habló cosas ocultas y miró dentro del reino espiritual, como cuando vio al Espíritu Santo descender sobre Jesús.

En verdad, todos los verdaderos creyentes son profetas, porque “el Testimonio de Jesucristo es el Espíritu de la profecía.” Todos los creyentes nacidos de nuevo desde arriba tienen dones sobrenaturales, como lo dijo Jesús en Marcos 16. Y todos los del Reino de Dios son mayores que Juan o Elías y aun que Juan el Bautista, de quien Jesús dijo que era más que un profeta:

“En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.” (Mateo 11:11 LBLA)

Aun así, hay quienes han sido llamados específicamente al oficio y ministerio de profeta, como Agabo y Silas. En ninguna parte se dice que los verdaderos profetas de Dios terminaron al escribirse y completarse la Biblia… en ninguna parte. Entonces, ¿cómo puede alguien ser tan presuntuoso como para decir que Dios no enviaría profetas hoy?

Hay que admitir que los profetas de Dios son muy pocos. Sin embargo, la escasez de profetas no los hace ser preciados por el mundo. De hecho, son aborrecidos porque su trabajo es casi siempre testificar contra el mundo, así como lo hizo su Señor y Padre estando en Su carne en la tierra:

“El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a Mí me odia, porque Yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas.” (Juan 7:7 LBLA)

¿Qué de los apóstoles? Los apóstoles son mensajeros, delegados, o comisionados por Cristo, hombres apartados por Dios para una misión específica como embajadores, usualmente acompañados de poder milagroso. Personalmente yo no conozco a ningún apóstol, pero basándonos en las Escrituras, no puedo decir que no los haya, o que no podrían haber uno.

En el mensaje a la iglesia de Éfeso al final del primer siglo (Apocalipsis 2:2), los fieles habían probado a los que decían ser apóstoles y los hallaron mentirosos. Este pasaje no indica que ya no hubiese apóstoles legítimos, pero los apóstoles deben pasar la prueba porque, como siempre, existen los falsos con los que hay que tener cuidado. Si ya no hubiera verdaderos apóstoles, ¿por qué tendrían los santos que probar a cualquiera que diga ser apóstol? Cualquiera que dijera ser apóstol, ya sería considerado falso.

¿Hubo solamente doce apóstoles? ¿Quién dice? Esos fueron los primeros que Jesús escogió, pero el libro de Hechos nos muestra que hubo otros, como Bernabé:

“Y cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgando sus ropas, corrieron hacia la multitud, dando voces.” (Hechos 14:14)

¿Qué de Santiago, el hermano del Señor?:

“Ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. Después, pasados tres años, subí a Jerusalén a ver a Pedro, y permanecí con él quince días, mas no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.” (Gálatas 1:17-19 RVG)

Usted debe saber que Herodes asesinó al apóstol Santiago, el hermano de Juan, muchos años después:

“Y en el mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarlos. Y mató a espada a Jacobo (Santiago), hermano de Juan.” (Hechos 12:1-2 RVG)

¿Había escogido Jesús a Su medio-hermano como uno de los apóstoles originales? No mientras estuvo en la carne. Entonces, ahora tenemos por lo menos dos apóstoles aparte de los doce.

Los incrédulos dicen: “Ahora tenemos la Biblia, y allí está toda la Palabra de Dios que existe… no necesitamos nada más que eso. Ahora que Cristo mora en nosotros, no necesitamos profetas o apóstoles.”

¿De verdad mora Cristo en los que así piensan? ¡Claro que no! ¡Qué mente tan cerrada e ignorante! Limitan al omnipotente, omnisciente e intensamente personal Dios, a unas hojas de papel y tinta, encuadernadas en un forro de cuero estampado en dorado, hecho por hombres. O tal vez aun si solamente es a un libro de papel barato. Es algo perverso y tonto decir que Dios dejó de hablar a través de vasijas escogidas e inspiradas, por quienes Él murió para habitar en ellos. ¡Es un desafío no sólo a la razón y naturaleza de las cosas, sino a las mismas Santas Escrituras, exactamente las que los incrédulos dicen que son suficientes para ellos!

¿Podría o estaría el Señor hablando una y otra vez solamente esas palabras registradas en la Biblia, como un aparato con un mal funcionamiento? ¿No hablaría Él a los Suyos por los miembros de Su propio Cuerpo, y directamente, como lo declaran las Escrituras con claridad? ¡Qué pequeño es el dios de ustedes, los que creen tales mentiras! Dios es un poquito más grande y más personal que eso. Con toda solemnidad, ¡nosotros los profetas, se lo aseguramos!

La Biblia es más que amplia evidencia, un estremecedor testimonio de cómo Jesucristo habla y se relaciona con los que Él crea a Su imagen y a quienes Él les da Su Espíritu. Es una locura la idea de no necesitar al Espíritu Santo o no oír la Voz personal de Dios porque uno tenga la Biblia escrita. Es una terrible indecencia. Es idolatría. Es diabólica. (Lea Bible Worship Used by Men to Cover Evil.)

Cualquiera que tenga doctrinas tan diabólicas ha aprendido muy poco sobre el Señor Jesucristo y no tiene el derecho de decir nada sobre Él.

Lea Doctrina Diabólica: Los Dones del Espíritu No Son para Hoy, Doctrina Diabólica: No Existe una Voz Literal y Personal de Dios Que Hable Hoy Como en los Tiempos Bíblicos, Doctrina Diabólica: Todos los Creyentes Tiene Igual Autoridad y Estatus, The Big Lie Exposed, y We Are Here to Tell You.

Considere la alternativa a creer en esta doctrina: Si yo recibo a un apóstol o profeta, recibo al Señor, porque Él les dijo a Sus discípulos: “El que los recibiere, a Mí me recibe.” Si yo considero que existe tal cosa como apóstoles y profetas, y no hay ninguno, con tal que yo busque al Señor, Él me guardará, y yo no habré perdido nada.

 

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